Tal y como marca la tradición, los vecinos festejan esta jornada con la organización y el posterior encendido de una gran hoguera que es preparada por los miembros de la Cofradía existente en honor a San Antón.
Según investigaciones de nuestro cronista Joaquin Ibañez Lacruz: La cofradía de San Antón estaba establecida en la ermita de la Virgen de Atocha al menos en 1683 y en las rentas que cobraba el Ayuntamiento en 1728-29 (en 1771 la Cofradía de San Antón tenía un gasto anual de 3 libras jaquesas) según aparece la del peujar (pegujal) de San Antón (Papeles del Condado de Contamina).
Se mantiene viva la bendición y entrega de cañamones y torta de anís la víspera del Santo, así como el encendido de la hoguera por la cofradía. El día de su fiesta -17 de enero- se decía misa cantada en la ermita, cuya capilla estaba iluminada con cientos de velas, dando las caballerías las tres vueltas de costumbre alrededor de ella, conducidas por sus dueños, para alcanzar su protección. Los cofrades ese día tomaban un refresco o comida en casa de uno de ellos.
Otro aspecto singular de la celebración de este día festivo de invierno tan especial para los amantes de los animales es la invitación por parte de los socios de la Cofradía de San Antón a tortas y cañamones (que a los mayores les recuerda con sus dichos y por lo que pequeños que son y por lo mucho que cunden), siendo, según explican los vecinos de Cetina, posiblemente uno de los escasos pueblos de la Comarca que todavía siga repartiéndolos entre los asistentes a los actos. Por ello, incluso dan por hecho que todos conocen el dicho para San Antón:
San Antón como era viejo
tenía una sabia razón:
el que no mate tocino
no comerá morcillón
San Antón como era viejo
le quitaron el pellejo
y le hicieron un tambor
lo tocaban en Castilla
y se oia en Aragón
Pa San Antón gallina pon
y si no pones, retorcijón
Fotos hoguera: Jose Mº Burgos
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