Heraldo de Aragón Jueves 20 de mayo de 2010
CETINA SILVIA LACÁRCEL
Los vecinos celebraron anoche el tradicional acto en honor de San Juan Lorenzo
CETINA. Al marcar el reloj las 23.00, la plaza del palacio se quedo a oscuras. Olía a alquitrán por donde iban pasando. Los aplausos de quienes habían cogido sitio en la plaza dieron paso al silencio, y el silencio a la música. Así es como empezó anoche la Contradanza de Cetina. Es el gran momento con el que este pueblo honra a su patrón, a San Juan Lorenzo.
En torno a esta representación los vecinos se han juntado al agotarse cada 19 de mayo desde hace siglos. Ha habido excepciones, algunas, en las que por distintos motivos esta manifestación cultural no se ha podido representar .
La de ayer fue multitudinaria y muy mediática. La escenificación de las mudanzas suscita desde hace unos años gran interés más allá de esta comarca. Numerosas cámaras sin flash (está prohibido activarlo para no deslumhrar a los ocho contradanceros y al diablo), disparaban cada vez que estos jóvenes con sus cuerpos formaron la cadena, la media araña, la puerta del coro... Anoche se volvió a ver la mudanza de la Virgen del Pilar. Se hizo por primera vez en 1939 y había dejado de representarse.
La primera referencia escrita de la Contradanza es de 1751, según afirma el cronista de Cetina, Joaquín Ibáñez, quien señala que "como todas las manifestaciones barrocas, viene a significar la transformación de la noche y el día". Esto explica que antes de iniciar recorrido los contradanceros acudieran a casa de la primera vara (uno de los cofrades elegido a por sorteo) para, en una hoguera, encender las nueve teas con las que fueron a recoger al alcalde.
Después buscaron al cura y, rodeados de vecinos y familiares, llegaron a la plaza alumbrando las calles. Ese fuego acompañó a estos nueve jóvenes hasta que terminaron su función. El pueblo les aplaudió. Se perpetuó un año más la tradición que han sabido conservar los cetineros.
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