domingo, noviembre 1

"El soldado de los milagros": casi 60 años de leyenda y devoción

La de Benito López Franco, conocido popularmente como el "soldado de los milagros", es la tumba más venerada del cementerio de Melilla y en la que, 59 años después de su muerte, rodeada de un gran misterio y leyenda, los melillenses hacen una parada obligada.
Como todos los años desde hace más de tres décadas, los familiares del "soldadito", como se le conoce cariñosamente, se han traslado desde Cetina (Zaragoza), el pueblo natal de Benito, y en el que se tiene constancia de la gran veneración que se tiene en Melilla hacia su paisano.
Entre ellos se encuentra José López, hermano del difunto, quien ha expresado a Efe el agradecimiento de su familia a los melillenses que, no sólo por el Día de los Difuntos, sino en todas las épocas del año, cuidan y llenan de flores su sepultura.
José dice que la familia desconoce cómo comenzó a surgir la devoción hacia el "soldado de los milagros", pero todo apunta a que se debe a las extrañas circunstancias en las que se produjo su muerte.
Benito fue encontrado muerto el 17 de enero de 1950 en el botiquín del Hospital Militar, cuando sólo tenía 22 años, apenas unos meses después de haber llegado a Melilla para hacer el servicio militar en Regimiento de Infantería número 52.
La versión oficial habla de un suicidio, algo que la familia no ha asumido como tal y que, en la ciudad, descarta no sólo la rumorología, sino el trabajo de algunos historiadores.
Lo que es un secreto a voces habla de que "la buena planta" de Benito enamoró a la hija de un alto mando militar de la época, comprometida a su vez con el hijo de otro oficial.
En aquel entonces el amor entre un simple soldado y la hija de uno de los jefes era algo impensable, por lo que la opción más lógica era la del traslado de aquel soldado, que tendría que haberse producido el 20 de enero de aquel año, tres días después de su muerte.
Desde prácticamente ese momento, comenzó una veneración que continúa hoy casi sesenta años después de su muerte, una "santidad popular" que la familia prefiere por encima de cualquier otro reconocimiento.José López destaca el fervor que se le tiene a su hermano, un joven que siempre quiso "triunfar en la vida", algo que no pudo conseguir pero que, sin embargo, está consiguiendo tras su muerte, señala su hermano emocionado.
La primera visita de los familiares se produjo en 1975 debido a que hasta Zaragoza llegó la leyenda de el "soldado de los milagros" y desde entonces muchas personas son las que se han acercado a ellos para comentarles que se les ha resuelto un problema, a través de la intercesión de Benito.
"Cada año que venimos hay más flores", resalta José, junto a la tumba de su hermano, donde también se pueden ver decenas de objetos, entre ellos, muchos enseres militares.
Por Noelia Ramos Agencia EFE http://www.meliya.com/index.php?accion=1&id=453

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